A Mazel Tov, un milagro entre ruinas. As´es coo me gusta llamrle.
La batalla de Budapest fue una batalla que tuvo lugar en la capital húngara entre el otoño de 1944 y el 13 de febrero de 1945, y tuvo como resultado la captura de Budapest por parte del Ejército Rojo.
El 80% de los edificios de Budapest fueron destruidos o dañados, incluyendo el Castillo de Buda y el edificio del Parlamento húngaro. Además de los cinco puentes sobre el Danubio.
La batalla de Budapest ha sido considerada como una de las batallas más violentas del Frente Oriental de la Segunda Guerra Mundial.
Budapest sigue sin olvidar la batalla. Nada más entrar en el barrio judío parece que el tiempo retrocede 7 décadas. Pero en ninguna ciudad como en Budapest he visto sacar tanto provecho de una catástrofe. El Barrio en ruinas, judío, convertido en atracción turística principal de la ciudad, gracias al rayo de luz interior llamados «Ruin Bars». Diurnos y nocturnos, han dado vida a edificios anónimos, cuáles lugares clandestinos.
Atmósfera de bebidas especiales, ladrillos pintados y muebles viejos. Nadie tenía nada que decir sobre el espacio que solía ser el centro de la comunidad judía ortodoxa de Budapest.
Así pues, con dirección en Mano, llegamos a lo que traducido del Judío significa «Buena Suerte», el Mazel Tov. Un milagro entre ruinas. Una buena suerte revive en la ciudad. Y que forma parte de su cultura gastronómica.
Las primeras impresiones no cuentan. Se tiene que entrar. Y así, disfrutamos de una velada BRUNCH Vegetariano,de cocina puramente judía.
Es lo que más me gusta cuando viajo a un país nuevo, entender la cultura a través de la gastronómica. y sus ingredientes. Por qué la experiencia arquitectónica empieza en el espacio y termina en el plato.
Mazel Tov es un lugar de mente abierta, un lugar gastronómico donde la comida de Medio Oriente puede continuar su asalto cultural en un espíritu de aceptación y unión. La comida cocinada llega a un largo mostrador de madera de roble, y hay una amplia selección disponible desde shaksuka hasta hummus y kebab.
La parte frontal del mostrador está cubierta con placas de cemento de estilo marroquí de finales de siglo, muy conocidas en las escaleras de Budapest. La misma estética de la decoración burguesa está presente en las sillas blancas de confitería, heredadas de la década de 1930. En la cocina, es el encuentro del patrimonio judío europeo y la tradición sefardí oriental e ibérica.
Fuente Texto Traducido de #Archidaily texto ofrecido por los creadores del espacio: 81font, Studio Arkitekter.
Cuando descubro un lugar, me gusta investigar el motivo de su creación. Quién lo ha pensado y para qué. Cuáles son sus intenciones y en qué se ha inspirado para llegar al resultado. Los Ruin Bars son un ejemplo de resurrección respetando la historia del lugar. Los Ruin Bars hablan de no olvidar la historia para que no se repita. Y de como una capital se levantó de nuevo a pesar del bombardeo sufrido.
Al final, la mayor batalla que el ser humano debe de lidiar es la supervivencia. Y esta recuperación arquitectónica es un ejemplo que debemos admirar. Son perlas escondidas entre las ruinas de Budapest, con las que tan solo al entrar consiguen crearnos un efecto de paz y esperanza en nuestro interior.
De todo se sale, de todo se aprende, desde la nada nos podemos reinventar. Una lección que arquitectos e interioristas vemos que sucede continuamente a lo largo de la historia. Ideas que bien ejecutadas, nos dan la posibilidad de revivir espacios que fueron machacados y menospreciados pero que mantienen sus muros en pié para seguir con su función de contenedores de su historia y su evolución.